Los factores sociales, ambientales o de gobernanza, también conocidos como ESG por sus siglas en inglés, tienen cada vez más importancia en la alta dirección. Muchas de las decisiones que se toman a este nivel deben ahora tener en cuenta estos criterios además de los económicos. ¿Cómo encaja la figura del director financiero en este proceso? ¿Es simplemente el encargado de redactar informes financieros o es también el responsable de elaborar la estrategia de sostenibilidad de la empresa?
Antes de profundizar en el papel del director financiero, veamos primero por qué los valores ESG son cada vez más importantes y cómo afectan a los resultados de la empresa. Su creciente protagonismo puede atribuirse a múltiples factores: expectativas de las partes interesadas, gestión de riesgos, presiones normativas, captación de inversiones, atracción y retención del talento o reputación de la marca.
Estas presiones, en su mayoría externas, no pueden ser desoídas y obligan a la dirección a tomar medidas. Un ejemplo de ello es la transición hacia una energía verde que se está produciendo a gran escala, un fenómeno que ha provocado que grandes empresas de petróleo y gas empiecen a invertir en fuentes de energía sostenibles.
ESG: un arma de doble filo
Los factores ESG pueden suponer todo un reto, ya que presentan tanto oportunidades como riesgos. Sin embargo, ignorarlos no es una opción válida. Desde el punto de vista de la dirección financiera, estas son las principales oportunidades y riesgos a los que se enfrentan los CFO.